Antes de la medianoche: la eterna historia del desamor


Por Carlos Juárez

La historia cinematográfica está llena de segundas partes y trilogías. Es casi como una herencia teatral y/o literaria, elijan la procedencia que mejor les parezca. Lo que es evidente es que cuando una secuela llega a la pantalla grande por lo general es por la cantidad de dinero que la primera parte generó y no por la necesidad de seguir contando una historia.

Ahora, vamos a entrar al escabroso territorio del amor. La neta ¿eso cómo se come? Muchos (si no es que todos) podrán decir que han estado enamorados una, dos veces en la vida, lo demás son calenturas, o como quieran decirle, pero ¿qué es eso del amor?

En 1994 apareció uno de esos romances de película que fueron la bandera del amor para los que pensamos que ese sentimiento está más allá del típico yo te gusto, tú me gustas, vamos a salir y descubrimos que nos enamoramos por la frecuencia con que nos vemos. Jesee y Celine (Antes del amanecer) se encontraron en un tren, se la pasaron hable y hable durante todo un día y quedaron prendados uno del otro. Los que prefieren las explicaciones simplonas dirán: amor a primera a vista. Los que optan por el amor idílico dirán: es el rayo que te parte a la mitad sin avisar.

Entre uno y otro, esa historia tuvo una secuela (Antes del atardecer) y finalmente llega la tercera parte y aparente cierre de la historia de estos chicos (ahora no tan chicos) con Antes de la medianoche. La cinta es la entrega tres del recorrido que el director Richard Linklater ha desarrollado tratando de explicarnos (y explicarse) de qué va eso del amor.

Las primeras cintas son la adoración de miles de nerds, geeks y románticos que no sufrimos coma diabético alguno a pesar de la miel, porque hay una propuesta inteligente que aborda los encuentros amorosos alejada de las almas gemelas y más cercana al conocimiento del otro y al compartir defectos y virtudes.

Ethan Hawke y Julie Delpy repiten como protagonistas. Mucha de la miel que vimos en las dos primeras cintas ya no existe, o por lo menos, no es visible ante el embate del tiempo. Como en cualquier relación el desgaste existe, y en medio de ese difícil proceso de crecer, Jesee y Celine están en el punto de que siguen disfrutando la presencia del otro pero también lo culpan porque han tenido que modificarse a sí mismos para que la pareja siga funcionando.

La película es un estudio sobre el paso de la vida, de la pérdida del ímpetu y la muestra clara de que, no obstante el modo que lleva a un par de personas a estar juntas, la cotidianeidad, los conflictos, o las prácticas que se vuelven monótonas, crean un lastre que en los tiempos actuales son muy difíciles de superar.

Quienes conocen las dos obras previas sabrán que habrán largos paseos, una verborrea interminable y muchas referencias a un pasado que ni siquiera la pareja en cuestión conoce. Esa es la estructura que nos convenció en las primeras dos cintas, solo que ahora, tanto Jessee como Celine han cambiado, no solo sus cuerpos sino sus ideas y prácticas. Lo que no se ha modificado, y por ello la cinta es un grato recorrido agridulce, son sus sentimientos.

Antes de la medianoche es ácida, divertida, tensa, optimista, son todos los calificativos que aplican para una relación en decadencia. Es una bomba de tiempo, es la noche cayendo de frente y sin contemplaciones sobre una pareja. Y al final, el quedarse o huir es decisión que corresponde a ellos ¿o a nosotros como espectadores?

Despachamos en la cuenta de Twitter @juarezsolrac, por si quieren echar el chisme de la trilogía de Linklater.

Before Midnight (2013)
Director: Richard Linklater.
Reparto: Ethan Hawke, Julie Delpy.
Guión: Richard Linklater, Julie Delpy, Ethan Hawke. 
Fotografía: Christos Voudouris.

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